EL ESPECTÁCULO DE LOS BUFONES
LLANES- PAISAJE PROTEGIDO DE LA COSTA ORIENTAL
La costa llanisca se caracteriza por su sustrato derocas carbonatadas (calizas carboníferas) afectadas por un intenso proceso decarstificación, que tiene su origen en la capacidad del agua para disolver estetipo de rocas. Así se explica que toda la rasa litoral esté surcada por grutassubterráneas que se abren en los acantilados y que, a veces, también secomunican con la superficie a través de simas verticales. Cuando estascavidades se encuentran por encima del nivel del mar, están llenas de aire. Sinembargo, cuando el oleaje o la propia marea amenazan con llenar de agua lasgalerías, ese aire es comprimido y sólo se encuentra la salida de las chimeneasverticales, por donde es expulsado a presión produciendo un espectacular chorrode agua que se eleva muchos metros sobre los campos verdes de la rasa. Estefenómeno va acompañado de un sonido peculiar que ha servido para darles elnombre de bufones.
Boca de un Bufon |
El agua de mar, con su alto contenido en sales, impideque se desarrolle vegetación alrededor de las chimeneas más activas. Esto puedeayudarnos a identificar bufones aun cuando estén dormidos ya que se pueden vercalveros de roca negruzca, erosionada en forma de pequeños y numerosospináculos, en medio de la campiña pero cerca del acantilado.
El mejor consejo para intentar ver los bufonesactivos, lo cual no resulta frecuente, es hacer la ruta durante la subida o labajada de la marea y elegir días de mar gruesa o de temporal. También escierto que suelen soplar más a menudo durante el otoño y el invierno.
Con el objetivo de visitar varios de los bufones másespectaculares, proponemos un recorrido en coche ( o en bicicleta) con tresparadas que nos llevaría en primer lugar hasta Buelna, en el extremooriental del concejo de Llanes. Es ésta una villa típica de la zona, conantiguas casas de piedra provistas de hermosos balcones de madera que parecenestar siempre engalanados con flores. Desde el pueblo continuamos a pie por unapista ganadera que corre paralela a la vía del tren en dirección a Cantabria.Enseguida, la pista gira en dirección al acantilado, entre prados y huertos,hasta alcanzar un arroyo que discurre inmerso en una maraña de alisos, castañosy fresnos. Desde aquí, un sendero sigue el curso del riachuelo hasta la playade Cobijeru, una cala de arena de origen cárstico, hundida en larasa y situada por detrás del acantilado. Investigando su comunicación con elmar, encontraremos dos angostas galerías, oscuras, en cuyo interior rugen lasolas amenazadoramente. En toda esta zona, durante la bajamar se forman charcassomeras en las cavidades de la roca donde podemos contemplar pequeños campos dealgas calcáreas, que adquieren gran belleza cuando las iluminan los rayos delsol. Actinias, anémonas y otros invertebrados viven fijos a la roca y, con unpoco de suerte, podremos descubrir algún pulpo o algún pez atrapado en algunasde las pozas hasta la próxima pleamar. Por encima del nivel de las mareascrecen plantas carnosas, adaptadas a vivir en condiciones de alta salinidad.
Bufones |
Continuando nuestro recorrido, subimos a lo alto delacantilado. Si seguimos los caminos que recorren la rasa en dirección este,iremos encontrando sucesivos bufones. Muchos son apenas un agujero rocoso quese abre en medio del prado pero, en las proximidades del último salientecostero que vemos (por delante del montículo que se nos presenta más próximo ala línea de la costa), se encuentra el bufón de Santiuste, uno de losmás llamativos del concejo.
De regreso al pueblo, cogemos de nuevo el coche paraconducir hasta Puertas de Vidiago, localidad conocida porque desde ella seaccede al famoso ídolo megalítico de Peña Tú. Con mucha precaucióncruzamos la vía del tren para dejar el vehículo en un aparcamiento queencontraremos al poco de atravesar el poblado. En realidad, el camino hasta losbufones es una pista por la que podríamos continuar en el auto, pero puedehaber tramos con barro y el paseo a pie o en bicicleta de montaña se hace másrecomendable. A pocos pasos del aparcamiento, la pista se bifurca y debemos seguirel ramal de la izquierda (más adelante haremos la misma elección ante otrocruce de caminos). El recorrido es corto entre campos donde abundan alondras,bisbitas, zorzales y mirlos que corretean entre el ganado. También se venmuchas tarabillas sobre todo en las zonas invadidas por matorrales espinosos.Ya en las inmediaciones del mar, la pista muere al lado del mayor de los bufonesde Arenillas. Una gran extensión de roca desnuda une prácticamente la simacon el acantilado, situado a unos 50 m. Cuando el bufón está activoalcanza toda su espectacularidad y belleza, el potente chorro de agua acaba pordesintegrarse en mil gotitas que dibujan el arco-iris a poco que el sol ilumineel lugar. Sin embargo, si nos lo encontramos inactivo no podemos dejar desentarnos al lado del sumidero para escuchar el rugido sobrecogedor delbufón, producido por los embates del mar que introducen agua a lo largo de lasgalerías subterráneas que comunican con esta chimenea. Realmente parece quetiene vida, parece que estamos oyendo respirar al acantilado, con unaintensidad creciente y cada vez más amenazadora.
Desde este punto tenemos también una magnífica vistade la Sierra del Cuera con la Sierra Plana de La Borbolla situada en primertermino. También tenemos cerca la desembocadura del río Purón, que alcanzaremosen pocos minutos siguiendo el camino que bordea la costa hacia el oeste. Alfinal llegaremos a una esquina del acantilado desde la que podremos contemplarlos últimos meandros del río encajado entre dos montículos rocosos, el delmargen izquierdo cubierto de encinas. Es un rincón que merece la pena visitar.
Vista desde Sierre Plana |
Por último, volvemos a coger el coche para acercarnosa Cué, en un trayecto que pasa por el Alto de Ballota, donde hay un mirador conespléndidas panorámicas de la costa. Antes de entrar en el pueblo, en direccióna Llanes, encontramos una pista a nuestra derecha. Allí mismo podemos aparcarpara continuar a pie hacia el borde costero. Si el bufón está activo veremosdos chorros de agua que suben muchos metros antes de desmoronarse. Debemosseguir el ramal de la derecha en la primera bifurcación del camino paraacercarnos por entre los prados hacia el bufón, situado en un promontoriopróximo a la playa de Ballota. Más adelante el camino vuelve a dividirse peroentonces nos desviamos a la izquierda en dirección al montículo de rocasnegruzcas que ya podemos identificar desde lejos. El bufón de Ballotaestá comunicado por un largo respiradero con una caverna que se abre a los piesdel acantilado. Los labradores de la zona pueden contarnos muchas historias decuando se atrevían a entrar en estas galerías para recoger percebes.
Situado muy cerca de Cué, Llanes constituye elcomplemento ideal para esta jornada. Entre sus casas de cuidada arquitecturapopular, con abundantes edificios de los siglos XV a XVIII, destacan el cascomedieval (con restos de una muralla y una torre del siglo XIII) y las casas deindianos ( pequeños palacetes de estilo característico construidos poremigrantes asturianos a su vuelta de las Américas). No debemos dejar de visitarel Paseo de San Pedro, que tiene magníficas vistas hacia el mar, ni de recorrerel puerto y las callejuelas aledañas antes de sentarnos a disfrutar de ladeliciosa gastronomía local.
Buelna-Playa de Cobijeru- Bufones de Buelna ySantiuste
5 km (i/v)
Puertas de Vidiago-Bufones de Arenillas-Ensenada delRío Purón
4 km ( i/v)
Cue- Bufón de Ballota
1,5 km (i/v)
Transporte recomendado: a pie, en bici, en coche.
Mejores épocas de visita: primavera, verano, otoño, invierno.
Dificultad de la ruta: escasa.
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